Día fragmentado...
El reloj de la entrada principal anuncia que son las nueve. Todo el trabajo terminado, unos minutos para explicar lo pendiente y me despido de esta guardia.
Camino de vuelta a casa. A pesar del frío, percibo cierta "porosidad" para atrapar todo lo que el nuevo día: la luz, el sol, la ciudad despierta... Todo sigue como ayer y todo es diferente, a la vez. Al fin, puedo acurrucarme en el sofá y me quedo dormida con el pensamiento en algún lugar...
Unas tres horas después me despierto... quizás por la incomodidad del espacio... Me levanto, aprovecho para comer algo... Sueños profundos... mezclados con historias de hace apenas unas horas. No recuerdo con nitidez. Es difícil no seguir pensando fuera de esa sala de Urgencias.
Son las cuatro de la tarde... Despierto, de nuevo. Aún queda sol al otro lado de la ventana y decido ponerme en pie. A pesar de este sueño fragmentado, algo me empuja para no dejar pasar el día sin haber aprovechado sus minutos. Me detengo a pensar qué día es hoy. Parar el despertador que tenía una hora más tarde programada para avisarme. Vaso de leche caliente con una tostada para entonar mi cuerpo cansado y acatarrado desde hace días...
No soy la única, no soy la primera ni seré la última que sufre este "agotamiento físico" y "mental" después de veinticuatro horas trabajando... sin un minuto para dormir como ha ocurrido en esta guardia...pero, es inevitable pensar... ¿somos mejores médicos y residentes haciendo estas guardias-marathon?, ¿estamos locos?, ¿somos conscientes de que nuestras decisiones, durante las prolongadas horas de trabajo, son acerca de la vida de una persona?. No, no trabajamos en la línea de producción de un automóvil... por nuestras manos "pasan" personas...
Reflexiones que quedan ahí. Mientras, sigamos trabajando y peleando con éste nuestro sistema...
Y se dice, se rumorea... que otros tiempos pasados fueron peores...
Y nos queda mañana. De nuevo, vuelta a la consulta.
2 comentarios
Julio bonis -
Juana -