Dos mundos superpuestos...
Del cuento de Kenzaburo Oé titulado "Aguí, el monstruo del cielo":
"Cuando estoy solo en mi habitación, me pongo un parche negro de pirata sobre el ojo derecho. Con ese ojo veo, aunque, a decir verdad, bastante mal. Dicho de otro modo mi ojo derecho no está del todo privado de visión. Por tanto cuando quiero mirar nuestro mundo con los dos ojos, lo que percibo son dos mundos superpuestos: uno luminoso y claro, sorprendentemente nítido; el otro impreciso y sutilmente sombrío."
0 comentarios