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ROTACIÓN RURAL

ROTACIÓN RURAL

Durante el tercer año de Residencia tenemos dos meses de rotación optativa. Solicité una rotación rural en la Sierra Norte de Madrid a cargo de Juan Gervás, médico rural en Canencia de la Sierra, Garganta de los Montes y El Cuadrón. Hace dos días recibí la confirmación oficial de esta rotación para los próximos meses de julio y agosto.

Estoy ilusionada con este nuevo poryecto después de dos años de formación hospitalaria. En la formación de pregrado y residencia de MFyC creo que existe una deficiencia en la formación de habilidades de comunicación y decisión clínica inclinándose la balanza a favor de un aprendizaje de búsqueda de diagnósticos para poder tomar decisiones y uso de cascadas de protocolos. Las habilidades de comunicación y decisión clínica se aprenden y podrían ser una base útil en el manejo de la incertidumbre que suele asociarse al ejercicio clínico.

Varias han sido las razones que me llevaron a la elección de esta rotación. La primera es un recuerdo de la infancia: Don Vicente, el médico de mi pueblo, tenía su consulta en el domicilio familiar. La silla, el fonendo, la confianza, el contacto cercano, el tiempo ilimitado en la atención, la valoración global del paciente sin subespecialización son elementos que componen ese recuerdo y que, en ocasiones, son deficitarios en la atención actual. Otra de las razones ha sido el caracter humanitario del médico transmitido a través de Juan Gervás.

Aún no sé cual será la planificación durante estos dos meses. Os seguiré contando acerca de esta experiencia en breve.

Quería compartir con vosotros el fragmento de un libro titulado "La enfermedad de Sachs" que leí hace tiempo. Médico rural que escribe acerca de las experiencias con sus pacientes y con él mismo sirviendo como marco de escenas de la práctica clínica llenas de realismo.

"...antes de hacerme médico, escribía. Pero cuando uno es médico, ¿de que sirve?. Me hubiera gustado plasmar sobre el papel el nombre de todos los pacientes que he visto morir. De todos los bebés a los que he visto nacer. Y, ya puesto, el de toda la gente que ha venido a verme, que me ha mandado llamar un día. Pero, ¿cuáles de ellos?, ¿Aquellos a los que he atendido de verdad?, ¿Aquellos que me han llamado por otra persona?, ¿Aquellos que me han abordado por la calle para hacerme una pregunta anodina?, ¿Aquellos que se han quedado de pie en la sala de espera o se han marchado al verme?, ¿Aquellos que me han pedido un simple certificado?, ¿Aquellos que piden cita pero se olvidan de venir?, ¿Aquellos que nunca se entiende a qué han venido?.

Quizás habría tenido que hacerlo pero no lo he hecho. Uno no piensa en hacer ese tipo de cosas cuando empieza a curar. Hoy en día, se incita a los médicos a meterlo todo en un ordenador, con fines epidemiológicos, estadísticos, contables. Pero nadie parece querer grabar en su memoria el nombre ni las caras de la gente, recordar el primer encuentro, las primeras emociones, las sorpresas, los detalles cómicos, las historias trágicas,las incomprensiones, los silencios. He visto pasar a miles de personas, pero en este preciso instante, no podría evocar espontáneamente a más de una docena, veinte si me concentro, puede que cincuenta con un poco de esfuerzo, pero poco más...

Entonces, creo que escribir, para un médico como para cualquier persona, es tomar la medida de aquello que uno no recuerda, de lo que uno no retiene. Escribir,es intentar tapar los huecos de lo real evanescente con trozos de cuerda y hacer nudos en velas transparentes sabiendo que se romperán por otro lado. Escribir, se hace contra la memoria y no con ella. Escribir, es medir la pérdida."

                                                                                                                                                                                                                 La enfermedad de Sachs, Martin Winckler.

 

 

1 comentario

Julio Bonis -

Gran novela y gran reflexión.

Por eso tenemos que escribir. ¡ánimo con el blog!