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Amantea

aprendiendo de los errores...

aprendiendo de los errores...

Sé que es invitable ese pensamiento en paralelo del que hablaba ayer. Pensamiento que recoge mi trabajo diario: los aciertos, los errores, lo mejorable...

Sé que existe el riesgo de ir añadiendo en el lado de la balanza de los errores, como si de granos de arroz se tratasen, sin que rellene el lado de los aciertos... y teniendo una visión del trabajo algo distorsionada. La opción no es mirar hacia otro lado. Los errores o lo mejorable deberían servir para replantearnos cada nueva situación como un reto... Pero es difícil reconocer y aceptar nuestros errores. Mucho más compartirlos. Tampoco se aprende en ningún libro.

 Por esta razón me sorprendió cuando, a propósito del tema, este verano me hizo llegar a mis manos la sección "Errores médicos" de la revista SEMG (sociedad española de medicina general). Sección escrita por Vicente Palomo, médico en Torrelaguna así como por otros colaboradores también del mismo centro. Comparten la descripción de casos acontecidos en su consulta diaria de una manera diferente a la que estamos acostumbrados a leer. No es un caso clínico lleno de "datos duros" (resultado de analítica, pruebas diagnósticas, listado de diagnósticos diferenciales...) con el etiquetado diagnóstico final acertado. Son casos construídos a través de datos duros y blandos, errores y aciertos y una conclusión a modo de reflexión de esos errores.

Sirvan de ejemplo el caso clínico que leí por primera vez: Entre todos la mataron y ella sola se murió.

 

1 comentario

Julio -

Hay cuatro tipos de conocimiento: el que sabes que sabes, el que sabes que no sabes, el que no sabes que sabes y el que no sabes que no sabes. Este último es el más común, y el más importante.

Por eso ser capaz de aprender de los errores es clave...