Blogia
Amantea

¡Qué barullo en la herida!

Qué barullo en la herida!...
Qué suerte si esto que siento fuera sed,
y se me quitara bebiendo un vaso de agua!
Es entonces cuando llueve tristeza
para ahogar en mi boca
la palabra imposible.
Intento gritar,
y sólo consigo un cobarde silencio.

Una tarde al llegar a casa
me encontré la sorpresa de quererte,
fue una bomba en mis manos.

Y yo, por si te hiere,
esperando a que explote estando sola
aunque me parta el pecho la locura.

de Gloria Fuertes

Lecturas para este final de verano...

0 comentarios